Otra rama son los proyectos de embellecimiento… Los estudiantes pueden formar parte de actividades relacionadas con el cuidado, bienestar y limpieza del colegio y de su entorno, tanto en un contexto medioambiental como en el interior del centro. Pueden colaborar en proyectos como la limpieza de parques y playas, en la recogida de plásticos o colillas de cigarros, áreas públicas, o la creación y mantenimiento de jardines comunitarios. Esto es una buena forma de emprender, ser más solidario y comprender que todo lo que nos rodea hay que cuidarlo para convivir en un mundo mejor, más felices, unidos y con más cooperación y ayuda.
En muchos centros educativos ya se llevan a cabo visitas a centros de mayores como residencias, especialmente en épocas del año, en las cuales el cariño hace más falta, como en navidad. Los estudiantes pueden visitar hogares de ancianos o centros comunitarios para interactuar con los residentes, compartir historias, jugar juegos o ayudar con actividades recreativas. Es otra manera de fomentar los proyectos de voluntariado en colegios. Por otro lado, en las campañas navideñas se perciben muchas recogidas de alimentos, ropa y juguetes. Realmente se puede hacer durante todo el año, sin embargo, en estas fechas se suele echar más en falta. Los alumnos pueden organizar campañas de alimentos y prendas textiles para donar a organizaciones benéficas locales que trabajen con personas necesitadas. También pueden ayudar a personas sin hogar, con la distribución de comida caliente, la recolección de suministros básicos o la organización de eventos para recaudar fondos.
Por otro lado, los estudiantes pueden participar en actividades de promoción de la salud y conciencia ambiental, como la organización de ferias de salud, la plantación de árboles o la educación sobre la importancia de reciclar y conservar recursos naturales. Se pueden elaborar ferias benéficas, maratones de caridad, o proyectos de construcción de viviendas para familias necesitadas, para conseguir todos estos objetivos.
Teniendo en mente todas estas actividades y proyectos, hay que ser coherentes y conscientes y pensar que estos programas deben estar bien organizados y supervisados por adultos responsables, con el fin de garantizar una experiencia positiva y significativa. Estos programas no solo benefician a la comunidad, sino que también pueden tener un impacto positivo en el desarrollo personal y académico de los estudiantes.