El Hogar Don Orione y la parroquia son muestra de cómo la fe se traduce en acciones concretas de apoyo social. En el centro trabajan 123 empleados y once religiosos, financiados en parte por contribuciones de la asignación tributaria a la Iglesia. La visita permitió a los viajeros conocer de primera mano las actividades y talleres que se ofrecen, desde fisioterapia hasta arteterapia, destacando un compromiso con el bienestar personalizado de cada residente.
Ana Moral, directora del centro, explicó que la atención se centra en maximizar el potencial de los residentes y, en casos de mayor deterioro, en aliviar sus dolencias físicas. Los residentes son en su mayoría derivados por la Consejería de Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid, con edades que van desde los 19 hasta los 74 años.
Durante la visita, los participantes del proyecto quedaron impresionados con el trato humano y amoroso que se brinda en el Hogar Don Orione. «Es un lugar en el que se trata al ser humano con un amor increíble», comentaron algunos visitantes, resaltando la capacidad de la Iglesia de acoger y cuidar a todos por igual.
Además, se destacó el proyecto «Uno más en la familia», que busca vincular a residentes que no tienen familia o son tutelados con familias voluntarias, proporcionándoles un entorno familiar adicional y apoyo emocional.