Los jóvenes tenemos la oportunidad de conseguir que las personas mayores no se sientan tan angustiadas o agobiadas y puedan ver el lado positivo de esta circunstancia. Es muy beneficioso para los ancianos ver el lado bueno de las cosas, el vaso medio lleno digamos. Hay que motivarlos y conseguir que valoren todo el trabajo que han hecho a lo largo de su vida. Hoy están así y tienen más complicaciones porque un día fueron nuestros héroes. Cuando éramos pequeños, nuestros abuelos nos tendían la mano sin esperar nada a cambio, movían cielo y tierra por nosotros y es momento de cambiar el relevo, ser nosotros quiénes les ayudamos y explicarles que lo hacemos de corazón, sin esperar nada a cambio, porque se lo merecen.
Muchas veces las personas mayores no quieren asumir o aceptar esa dependencia porque no quieren sentirse una carga o un estorbo, quieren valerse por sí mismos y hacer esas cosas que tanto les motivaba cuando eran jóvenes. Por ello, es fundamental recalcar que toda ayuda se ofrece con amor y cariño para hacerles sentir mejor y que puedan disfrutar de todo lo que les queda por vivir.
Ayudar a una persona mayor a aceptar ayuda puede ser un desafío, pero no por eso, los jóvenes se tienen que desinflar, todo lo contrario, motivarse, tomárselo como un reto personal y hacerles ver y entender que la dependencia se puede afrontar con una sonrisa.
7 estrategias efectivas para ayudar a una persona mayor a aceptar la asistencia
- Comprender su punto de vista: en primer lugar, hay que preguntar cómo se siente respecto a la ayuda y por qué puede resistirse. Y, una vez entendidas las circunstancias, escuchar sus preocupaciones y reconocer sus sentimientos sin imponer soluciones.
- Haz que se sienta en control: es más oportuno darle opciones, antes que decirle lo que debe o no debe hacer, por ejemplo: “¿Te gustaría que alguien te ayudara con la compra o prefieres que solo te acompañen?”. Y, una vez entendido qué quiere enfocarte en cómo la ayuda mejora su autonomía en lugar de reducirla.
- Normaliza la ayuda: explica que aceptar ayuda no significa perder independencia, sino mejorar la calidad de vida. Y con ello, usa ejemplos de otras personas que reciben apoyo sin problemas.
- Empieza con pequeñas ayudas: a veces, aceptar asistencia en pequeñas tareas como cargar bolsas o acompañarlo al médico puede ser más fácil que aceptar ayuda con tareas más personales.
- Recurre a la opinión de un profesional o ser querido: un médico, un familiar cercano o un amigo de confianza puede influir más en su decisión. Y, también un profesional de la salud puede explicar cómo la asistencia puede prevenir problemas mayores.
- Resalta los beneficios: enfoca la conversación en cómo la ayuda puede hacer su vida más placentera y segura: «Con un poco de ayuda, podrías seguir haciendo lo que te gusta sin preocuparte tanto.»
- Sé paciente y consistente: insistir demasiado de una sola vez no es beneficioso. Como cualquier persona, puede necesitar tiempo para aceptar la idea. Por ello, es bueno mantener una actitud positiva y seguir ofreciendo apoyo de manera gradual.
Si el rechazo persiste y la persona realmente necesita ayuda, podrías considerar la intervención de un especialista en trabajo social o terapia familiar para abordar el tema de una manera más estructurada. Pero, seguro que con paciencia, mucha comunicación y siguiendo estos consejos, todas las personas mayores aceptan un poquito de ayuda.