Desde su fundación en 1983, el Centro para Mayores “Madre de Dios” de Almonte, en la provincia de Huelva, se ha consolidado como un referente de atención integral y calidez humana para las personas mayores, inspirándose en el carisma de san Luis Orione. Fruto de la generosidad de un matrimonio cristiano sin descendencia, el centro nació con la vocación de ofrecer una respuesta a las carencias asistenciales de la época, bajo la guía de la Congregación de los Hijos de la Divina Providencia.
Hoy, más de cuatro décadas después, la institución continúa su misión con renovado compromiso, apostando por un modelo de atención centrado en la persona, en el que cada residente es valorado en su singularidad, historia y dignidad. En esta entrevista, Rocío Silvano Muñoz, directora adjunta del centro y trabajadora social con una trayectoria de casi tres décadas en la casa, comparte su experiencia vital y profesional, su vivencia del carisma orionista y los retos actuales que afronta una obra que sigue viva gracias al esfuerzo conjunto del personal, la comunidad religiosa y la Providencia.
Rocío nos ofrece una visión cercana y profunda del día a día en Madre de Dios, donde lo técnico se entrelaza con lo espiritual, y donde la atención sanitaria, emocional y religiosa se conjugan para cuidar, acoger y acompañar a quienes más lo necesitan en la etapa final de sus vidas.
P – ¿Cuándo y cómo nace el Centro para Mayores Madre de Dios en Almonte?
R – Nuestro Centro se crea gracias a la generosidad del matrimonio cristiano : Dña. Juana de Cepeda y D. José Mª Villalobos. Personas con un gran patrimonio, sin hijos y con la intención de hacer un bien social. Quisieron poner en manos de una Congregación Religiosa su proyecto. A través del Párroco de Almonte en aquellos años, conocieron la Obra de San Luis Orione en Madrid. Junto al Padre Lucio Felici, asignado por la Congregación Religiosa para este fin, inician en los últimos años de la década de los setenta, el proyecto de construcción de una Residencia para ancianos, tras un estudio que concluye la escasez de recursos para este colectivo. El 26 de octubre de 1983, coincidiendo con la Beatificación de Don Orione, se inaugura el Centro.
P – ¿Qué papel desempeñó la Obra Don Orione en su origen y desarrollo?
R – Fue sumamente importante, que los religiosos orionistas creyeran en este proyecto y se embarcaran en él. No era cuestión sencilla, todo requirió un gran esfuerzo por parte sobre todo de P. Lucio, que inició todos los trámites, buscó financiación, etc. Fueron muchos los contratiempos y dificultades, pero no se rindió nunca y la Congregación le alentó siempre a seguir adelante, en definitiva, todo era Providencia…
P – ¿Qué significa para usted formar parte de una institución que bebe del carisma de san Luis Orione?
R – Mi descubrimiento de la Obra de San Luis Orione, fue gracias a la Providencia (no podía ser de otra forma). Conocí en el año 1997, de forma casual, al P. Juan Miguel Sánchez Pedrajas. Al conocer que era Trabajadora Social, me ofreció trabajar con él en la Residencia sin absolutamente conocerme de nada. Siempre agradeceré su confianza y todo lo que aprendí con él. Dio un impulso extraordinario al Centro.
Desde entonces me siento contagiada por el carisma orionista. Creo en los principios de la Congregación. En mi Centro me siento como en casa y he convertido el ser orionista en mi forma de vida. Sigue siendo una experiencia personal y profesional extraordinaria.
P – ¿Qué tipo de atención se ofrece actualmente a los mayores en el centro?
R – La atención que ofrecemos en el Centro es sociosanitaria. Intentamos trabajar con el Modelo de Atención Centrada en la Persona. De forma que cada residente sea único y especial, ofreciéndole un servicio individualizado, personalizado teniendo en consideración su Historia de Vida, pretendiendo favorecer su bienestar contando con el conocimiento de cada circunstancia de la misma, intentando que se sientan como en casa o mejor, si es posible.
P – ¿Cuáles son los valores que definen el día a día en Madre de Dios?
R – Siempre digo que nuestro Centro es un milagro diario. En muchas ocasiones el trabajo sale adelante gracias a la actitud y voluntad de cuantos trabajamos en él. La Providencia nos acompaña constantemente y ante las dificultades, confiamos en la intercesión de Don Orione, que nos anima a “Instaurarlo todo en Cristo”.
Nuestro Centro, como cada Casa de Don Orione, se distingue por la acogida, la alegría, el cariño, la apertura, la profesionalidad y sobre todo la humanidad. Todo se hace con corazón, calidad y calidez, bajo nuestro lema principal el ¡Ave María y adelante!
P – ¿Cuántos residentes acoge el centro y qué perfil de personas mayores suele atenderse?
R – Nuestro Centro está acreditado para atender a 106 residentes, con diferentes grados de dependencia. La edad media es de 75/80 años, más residentes femeninos que masculinos. En su mayoría proceden de Huelva y provincia. Un gran número son de Almonte, nuestra localidad.
El perfil de residente ha cambiado desde los inicios de la Residencia. En la década de los ochenta, los residentes ingresaban por circunstancias sociales, económicas y familiares, muchos de ellos sin familia y sin recursos. Todos colaboraban en la actividad diaria del Centro, lavandería, cocina, comedores…
Con el transcurrir del tiempo el perfil ha variado. Todos los residentes perciben pensión, tienen una familia detrás, tienen vivienda… su principal problema es la salud. Ingresan con circunstancias importantes de salud y dependencia que impiden a las familias mantenerlos en sus domicilios ya que requieren de atención profesional.
P – ¿Qué equipos profesionales forman parte del centro y cómo se organizan?
R – El personal del Centro es nuestro principal orgullo y valor. La plantilla está formada por alrededor de 75 personas, dividida en diferentes categorías profesionales y servicios. El mayor número son auxiliares de enfermería, que se ocupan de la atención más directa. Servicio de limpieza, lavandería, mantenimiento, recepción, administración, peluquería, Podología, Psicología, Trabajo Social, Fisioterapia, Animación Sociocultural y Servicio de Enfermería. Nuestra cocina está subcontratada con una empresa ajena al Centro. Por supuesto también contamos con nuestros sacerdotes que se ocupan del aspecto religioso, tan importante para los mayores.
P – ¿Qué destacarías del compromiso del personal en la atención a los mayores?
R – Como he comentado anteriormente, la tarea es ardua diariamente, en todos los servicios, gracias a la buena actitud y voluntad del personal, conseguimos cumplir nuestros objetivos de atención al residente. Para la Comunidad Religiosa y para mí, es de suma importancia motivar al personal, darle valor, que sientan que forman parte de algo “grande”, que Don Orione los necesita para su Obra. Fomentar el sentido de pertenencia. Para todo ello es muy importante también que sientan la cercanía de la Dirección y de los Religiosos, el ánimo, el empuje, el “coraje”, el ejemplo diario para seguir adelante.
P – ¿Qué papel juega la dimensión vocacional o espiritual en el trabajo del equipo?
R – Trabajar en nuestro Centro, es un estilo de vida y un compromiso. Damos la oportunidad de que cada uno de los trabajadores, encuentre su vocación en lo que hace. Se conjugan valores y habilidades que pueden llevar a dar sentido a la búsqueda que hacemos de nosotros mismos y así, la dedicación a los mayores resultará completa.
P – ¿Qué tipo de terapias, talleres o actividades se desarrollan con los residentes?
R – Nuestro Centro está “vivo”, muy dinamizado. No nos aburrimos nunca e intentamos compartir con los residentes y sus familiares las numerosas actividades que realizamos. Los diferentes profesionales establecen cada año una programación de actividades teniendo en consideración las capacidades de los residentes e intentando favorecerlas.
A modo de ejemplo: terapias de estimulación cognitiva, talleres lúdicos, encuentros, tertulias, debates, participación en actividades fuera del Centro, actividades religiosas, compartir actividades con diferentes grupos y colectivos de nuestra localidad o de otras, etc.
P – ¿Cómo se cuida la dimensión emocional y espiritual de las personas mayores?
R – Para nosotros como Centro Religioso, que pertenece a la Congregación de Don Orione, es de máxima importancia que los residentes no solo estén atendidos física y socialmente, también es de suma importancia el sentido emocional y espiritual. Después de muchos años, he podido comprobar, que el aspecto Religioso, es lo último que pierde una persona, sobre todo si ha sido creyente y practicante a lo largo de su vida. Nuestro Centro tiene ese “plus”, que muchos residentes y sus familias solicitan y agradecen, la presencia de sacerdotes y que exista una Capilla.
Por ello, el espíritu religioso también se intenta conservar y fomentar. Gracias a nuestros cuatro Religiosos, (Pablo, Laure, Zacarías y Pepe) se celebra la Eucaristía diaria y se mantienen todos los cultos anuales, según el tiempo litúrgico. La presencia de los Religiosos en la Obra es fundamental, acercando a los residentes y todos los que lo deseen los diferentes Sacramentos y manteniendo vivo el espíritu de Don Orione.
P – ¿Qué importancia tiene la relación con las familias en el acompañamiento diario?
R – Para nosotros la relación familiar es de suma importancia, es vital para favorecer la vida diaria de los residentes. Cuidamos y fomentamos mucho esta relación. Facilitamos el encuentro y la convivencia. Nuestro objetivo es que las familias sientan que visitan a sus mayores en “su” casa, puertas abiertas, flexibilidad, que noten la calidez y la acogida que intentamos dispensar. Hay que darle valor a los sentimientos y sensibilidades de las familias y trabajar con ellos desde la cercanía, la adaptación en esta etapa.
P – ¿Cuáles son las principales necesidades actuales del centro, tanto humanas como materiales?
R – Sería difícil enumerar todas nuestras necesidades. Al ser un Centro Religioso sin ánimo de lucro, dependemos exclusivamente de la financiación de la Junta de Andalucía en cuanto a las plazas concertadas y resulta complicado enfrentarnos a necesidades extraordinarias.
Para llevar a cabo nuestro proyecto de Atención Centrada en la Persona en todas las unidades precisamos más personal auxiliar. También es difícil la contratación de enfermeras, fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales dado el número insuficiente de este tipo de profesionales y su gran demanda.
Tenemos proyectos para mejorar las instalaciones y equipamiento del Centro pero la ayuda externa, a través de subvenciones y colaboraciones económicas es insuficiente. Doy las gracias a nuestro Consejo en España y Venezuela y a la Fundación Luis Orione por su apoyo constante cuando se lo hemos requerido.
Entiendo y trabajo para ello, que tenemos que continuar autofinanciándonos adecuadamente, seguiremos avanzando en la búsqueda de recursos económicos para el beneficio de nuestros residentes y trabajadores.
P – ¿Qué desafíos afronta el centro en el contexto actual (envejecimiento, financiación, personal, etc.)?
R – El principal problema de los centros de nuestras características, religiosos, sin ánimo de lucro es la financiación. Dependemos de las plazas concertadas con la Administración. Esta financiación no cubre todas las necesidades de nuestro Centro. Son muchos los proyectos y mejoras en mente, pero no podemos afrontarlos sin algún tipo de colaboración.
P – ¿Cómo ha afectado la evolución social o sanitaria de los últimos años al funcionamiento del centro?
R – Cada vez son más las exigencias por parte de la Administración, los residentes y sus familias. Es difícil poder llegar a satisfacerlas todas. En el aspecto sanitario nos encontramos con la falta de personal en cuanto a esta especialidad. Al situarse nuestro Centro en un entorno rural, contratar personal y sobre todo poder realizar una selección adecuada, resulta más complicado.
P – ¿Cómo pueden colaborar personas, entidades o parroquias con el Centro Madre de Dios?
R – Valoramos mucho la colaboración de personas voluntarias e intentamos fomentar este aspecto. Por otro lado, intentamos solicitar colaboración económica a diferentes particulares y organismos. Quien esté interesado en nuestros proyectos puede contactarnos y conocer nuestra realidad.
P – ¿Qué papel juega el voluntariado en vuestra labor cotidiana?
R – Contamos con algunos voluntarios que, contagiados, por el estilo orionista nos ayudan en diferentes actividades: acompañamiento de los residentes, es muy importante la escucha, actividades de animación sociocultural y religiosas, labores de mantenimiento del Centro, etc. En el ámbito del voluntariado es de destacar la colaboración permanente del grupo de laicos de Don Orione.
P – ¿Existe alguna campaña concreta o proyecto en el que estéis trabajando actualmente y que necesite apoyo?
R – Como he comentado, muchos son los proyectos para mejorar nuestro Centro y con ello la vida de nuestros residentes y escasos los recursos…
Estamos intentando instaurar el método de trabajo de la Atención Centrada en la Persona, de manera que consigamos realizar una atención lo más personalizada posible a los residentes, para ello necesitamos contar con más personal auxiliar de enfermería. En estos momentos no podemos asumir el coste que conlleva la contratación.
Necesitamos renovar nuestro servicio de lavandería, con lavadoras y secadoras y, también el equipamiento de las habitaciones de los residentes (camas, mesitas de noche, sillones…)
P – ¿Podría compartirnos alguna historia o testimonio especialmente significativo vivido en el centro?
R – Llevo 27 años trabajando en el Centro, muchos son los residentes a los que he tratado y querido y muchas las vivencias y experiencias. Me emociona siempre cuando alguno nos falta.
Pensamos que los residentes se conforman con estar bien atendidos en cuanto a aseo, ropa, alimentación… pero a veces, solo necesitan un abrazo…
Recuerdo a una señora muy simpática, que no cesaba en su empeño para que alguien del personal se parara con ella un momento, porque quería que le dieran un beso…
P – ¿Qué ha aprendido usted personalmente del contacto diario con los mayores?
R – Valoro mucho mi experiencia con los mayores. Trabajar en este Centro con mayores y con los Religiosos, es un aprendizaje continuo, a nivel profesional y personal. Trabajar en una casa de Don Orione, HUMANIZA. Agradezco también el ejemplo continuo de mis compañeros y el apoyo de Antonio, Francisco, Laure y Pablo, miembros del Equipo de Dirección.
P – ¿Qué sueños o aspiraciones tiene para el futuro del centro?
R – En palabras de nuestro Vice Provincial, Miguel Ángel Bombín, “nuestras Casas son santuarios de vida”. Eso es lo que quiero y deseo. Que nuestro Centro continúe lleno de vida, de alegría, de acogida, de esperanza.
Tengo muchos retos que afrontar, muchos aspectos materiales que mejorar, pero siempre intentaré conservar el carisma de Don Orione con la ayuda de mi Comunidad Religiosa, ellos han sido siempre mi inspiración.
P – ¿Cómo le gustaría que la sociedad mirara y valorara a las personas mayores?
R – En mi opinión, vivimos en una sociedad que va perdiendo el valor al mayor. Por desgracia se discrimina en numerosas ocasiones a las personas por su edad, quizás inconscientemente, lo que llamamos edadismo.
Siempre digo que la persona mayor, es un adulto con arrugas, con una historia de vida, con una realidad, con unos sentimientos y hay que darle valor y sitio a su experiencia y sabiduría.