El encuentro comenzó con unas cálidas palabras de bienvenida, en las que Armando, uno de los organizadores, expresó la importancia de este reencuentro: «Nos hemos reunido una vez más, quizá por idealización nostálgica del pasado, que quisiera hacer presente, o porque aún persiste un torrente de afecto inagotable entre nosotros». Estas palabras resonaron entre los asistentes, quienes compartieron un sincero aplauso antes de dar paso a la intervención del padre José Antonio Sanz, superior de la comunidad orionista.
José Antonio Sanz ofreció una actualización sobre las actividades más recientes de la congregación, destacando especialmente el trabajo que se está llevando a cabo en África e India. La intervención generó un animado intercambio de preguntas y reflexiones entre los presentes, quienes mostraron gran interés en conocer de cerca las iniciativas solidarias impulsadas por la congregación en estos territorios.
El almuerzo, preparado con esmero, se convirtió en un momento destacado de la jornada. Los asistentes pudieron disfrutar de una comida deliciosa, que culminó con las tradicionales tartas caseras de Juan Zafra, muy apreciadas por todos los presentes. El ambiente fue distendido y lleno de anécdotas, prolongándose con las habituales fotos de grupo que inmortalizaron el encuentro.
El padre Isidro fue el encargado de cerrar el evento con una proyección fotográfica que recorrió momentos significativos de los tiempos de colegio de los asistentes. Esta presentación despertó numerosas risas y comentarios nostálgicos, recordando experiencias compartidas y fortaleciendo el sentido de pertenencia al grupo.
Uno de los momentos más emotivos fue el agradecimiento colectivo a los organizadores y al equipo del Hogar Don Orione por la acogida y el esfuerzo dedicado a que el encuentro fuera un éxito. «Ha sido una jornada bonita e inolvidable, en la que se ha notado el cariño y el esfuerzo de todos», destacó uno de los asistentes.
Antes de finalizar la reunión, se acordó una próxima cita, esta vez buscando un punto de encuentro equidistante entre el norte, Madrid y Navarra, con la intención de facilitar la asistencia de más antiguos alumnos. «Esperamos que así sea y que podamos seguir creciendo en estos lazos de amistad», concluyó el padre José Antonio, agradeciendo la participación y el entusiasmo de todos los presentes.
La Fundación Luis Orione valora especialmente este tipo de iniciativas que refuerzan el sentido de comunidad y mantienen viva la esencia de los valores orionistas, fomentando la fraternidad y el apoyo mutuo entre antiguos alumnos y religiosos.