El camino nunca para porque las metas pueden ser progresivas, cuando se acaba un objetivo porque lo hemos logrado nos ponemos otro. Sin embargo, hay una meta final que parece que se acaba y nunca más se renueva: la meta del trabajo, cuando tenemos que dejar nuestro puesto de trabajo porque la edad lo requiere.
La jubilación puede tener un impacto significativo en la salud mental de las personas, tanto positivo, como negativo. Aunque muchas personas están deseando que llegue este momento porque llevan toda la vida trabajando o porque simplemente no les gusta su trabajo están contentas por jubilarse. Sin embargo, hay otro tipo de persona que lo pasa muy mal cuando llega este momento y verdaderamente le afecta a su salud mental. ¿Qué pueden hacer para que no les afecte emocionalmente?
5 estrategias para una jubilación saludable
- Mantenerse activo físicamente: realizar ejercicio de forma regular es muy importante para la salud mental. Participar en actividades como caminar, nadar, yoga o cualquier deporte que disfrutes es muy beneficioso. El ejercicio regular ayuda a mantener la salud física y mental, y puede prevenir enfermedades crónicas.
- Estimulación mental: intentar mantener un aprendizaje continuo, aunque ya no estés en tu puesto de trabajo. Mantén tu mente activa aprendiendo nuevas habilidades, leyendo, resolviendo puzzles o participando en cursos. La estimulación mental puede ayudar a prevenir el deterioro cognitivo.
- Fomentar las relaciones sociales: las redes de apoyo son un vínculo que refuerza el bienestar social. Mantener y fortalecer las relaciones con amigos y familiares es fundamental. Participar en clubes, grupos de voluntariado o actividades comunitarias puede ayudarte a mantener una vida social activa y reducir el riesgo de aislamiento.
- Planificación financiera: aunque dejes tu puesto de empleo por la jubilación asegúrate de tener un plan financiero sólido. Consultar con un asesor financiero puede ayudarte a gestionar tus ahorros y garantizar que puedas mantener tu estilo de vida deseado, aunque ya no trabajes.
- Encontrar un propósito de vida: dedicar tiempo a actividades que te apasionen, ya sea jardinería, arte, música o cualquier otra afición es clave. El voluntariado también puede ser una excelente manera de encontrar propósito y contribuir a la comunidad.
La jubilación puede tener efectos negativos como la pérdida de identidad, es decir, que ya no tengas ningún propósito de vida. Muchas personas asocian su identidad y sentido de propósito con su trabajo. Al jubilarse, pueden sentir una pérdida de valor personal. Además, su círculo social se puede ver reducido, ya que la falta de contacto diario con colegas puede llevar a sentimientos de soledad y aislamiento.
Al jubilarse, muchas personas sienten estrés y ansiedad y es un riesgo de depresión. La transición a una nueva rutina y la preocupación por la estabilidad financiera pueden generar este tipo de emociones. La falta de una estructura diaria y la disminución de la actividad mental pueden contribuir al desarrollo de síntomas depresivos.
Por otro lado, existen aspectos muy positivos, por ejemplo, al jubilarte, tienes más tiempo para realizar actividades personales, para hacer deporte, viajar… Esto mejora el bienestar emocional a largo plazo.
Además, fortaleces las relaciones porque pasas más tiempo con la familia y amigos. Y, por último, el estrés laboral se ve reducido, ya que la ausencia de las presiones y responsabilidades del trabajo puede llevar a una vida más relajada y tranquila.
La clave es encontrar un equilibrio y adaptar las actividades y rutinas a las nuevas circunstancias para mantener una buena salud mental durante esta etapa de la vida.