Cómo prevenir el aislamiento social

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El aislamiento social aumenta la soledad y el estrés. Descubre 6 consejos para prevenirlo: rodearse de personas que te valoren, planificar citas familiares, mostrar interés, buscar ayuda externa, mantenerse al día con la tecnología y apoyar a grupos sociales.
Érase una vez, unos niños que estaban jugando en el patio del colegio todos juntos, sin embargo… En una esquina (un poco alejada), había unos niños que se sentían solos, aislados… Quizás esta historia te suene familiar porque la hayas vivido tú mismo o algún ser querido, pero con total acierto te suena cercana, ya que el porcentaje de niños que sufren aislamiento aumenta a medida que lo hacen sus efectos. 

6 consejos para prevenir el aislamiento social

  1. Rodéate de personas que te quieran y te valoren por cómo eres: es crucial pasar los mejores y peores momentos de tu vida acompañado de las personas que más se preocupan por ti. La empatía es fundamental para las relaciones humanas, y es mucho mejor cuando es mutua, es decir, tú te pones en la piel de los demás, pero también hay alguien poniéndose en tus zapatos y entendiéndote cuando tienes un bajón. 
  2. Tómate tu tiempo para planificar las citas con la familia: tanto las personas que eliges en tu vida, como las que no, tienen que saber que como persona necesitas un tiempo para adaptarte a los cambios y a las adversidades. Cuando los tiempos se respetan de manera prudencial las cosas funcionan mejor, te sientes más cómodo y con fuerzas para seguir adelante y no te acabas aislando en tu mundo. 
  3. Muestra interés: aunque todos y cada uno de nosotros necesitemos un empujoncito para socializar y no quedarnos atrás, también tenemos que poner de nuestra parte. Una de las actitudes más importes es mostrar interés, con una sonrisa acercarte a los grupos y al menos intentarlo. 
  4. Guíate y apóyate en los grupos sociales de ayuda: existen muchos especialistas que se encargan de ayudar y sobrellevar este tipo de problemas como es el aislamiento social, que efectivamente se da en muchos niños, pero también lo sufren adolescentes y personas adultas, así como personas de la tercera edad que se sienten sin compañía. Por este motivo, para intentar evitarlo o disminuirlo lo máximo posible, hay profesionales que promueven estas ayudas en centros especializados. Un consejo muy importante es apoyarte en ellos.
  5. Busca ayuda externa: a veces nos centramos solo en nuestro círculo más cercano y creemos que ahí es dónde vamos a encontrar todas las soluciones a nuestros problemas. Sin embargo, es posible que estemos equivocados, puesto que, si abrimos nuestro entorno y tratamos de empezar de cero en otro lado, puede que nos sintamos mejor. 
  6. Intenta no quedarte atrás con ningún avance tecnológico: especialmente para las personas adultas o personas de la tercera edad, ya que el mundo digital avanza cada vez más deprisa, y casi sin darnos cuenta todo es tecnología, pero, ¿qué sucede con las personas que no lo controlan tanto? Efectivamente, se quedan atrás. Siempre y cuando puedas intenta empaparte de cursos y conocimientos sobre la tecnología. Tenemos a nuestra disposición mucha información gratuita en internet. 

El aislamiento social y sus implicaciones

El aislamiento social se define como un estado en el que una persona experimenta una necesidad o deseo de contacto con otros, pero se encuentra incapacitada para lograrlo. Este estado suele estar acompañado de sentimientos de soledad y manifestaciones de inseguridad en situaciones y entornos sociales. El aislamiento social, entendido como la separación física de otras personas, puede desencadenar sentimientos de soledad y aumentar el estrés, especialmente en situaciones de pandemia. La soledad se ha asociado con índices más altos de depresión, ansiedad y suicidio.

Aislamiento social en niños

El aislamiento social en niños es una situación preocupante tanto para padres como para educadores. Cuando un niño se aísla de la sociedad, puede perder oportunidades valiosas para el aprendizaje y el desarrollo social, lo cual puede impactar negativamente en su bienestar emocional y mental a largo plazo.

El aislamiento prolongado puede llevar a sentimientos de soledad, depresión, ansiedad y baja autoestima. Los niños aislados socialmente pueden tener menos motivación y apoyo para sus estudios, lo que puede afectar su rendimiento académico.

La falta de interacción con compañeros puede impedir el desarrollo de habilidades sociales cruciales, como la empatía, la comunicación y la resolución de conflictos. El aislamiento social puede estar asociado con una mayor incidencia de problemas de salud, como trastornos del sueño, problemas alimentarios y un sistema inmunológico debilitado.

Cómo ayudar a una persona que se siente aislada socialmente

  1. Escuchar activamente: ofrecer un oído atento y compasivo puede ser un primer paso crucial. Permitir que la persona exprese sus sentimientos sin juicio puede aliviar parte de su carga emocional.
  2. Fomentar el contacto social: animar a la persona a participar en actividades sociales, como clubes, grupos de interés o eventos comunitarios, puede ayudar a reducir su aislamiento.
  3. Proporcionar apoyo emocional: ser un apoyo constante y mostrar empatía puede fortalecer la relación y hacer que la persona se sienta menos sola.
  4. Involucrar a profesionales: en casos más graves, puede ser útil recomendar que busque ayuda de un profesional de la salud mental, como un psicólogo o terapeuta.
  5. Promover habilidades sociales: ayudar a la persona a desarrollar habilidades sociales, como la comunicación efectiva y la empatía, puede mejorar su capacidad para relacionarse con los demás.
  6. Facilitar la inclusión: crear oportunidades para que la persona se sienta incluida y valorada en diferentes contextos sociales puede aumentar su sentido de pertenencia.
  7. Actividades compartidas: invitar a la persona a participar en actividades compartidas, como caminar, cocinar o asistir a eventos culturales, puede fortalecer los lazos sociales y proporcionar un sentido de conexión.

La tecnología también influye negativamente

El uso excesivo del teléfono móvil puede contribuir al aislamiento social, un fenómeno cada vez más observado en la sociedad moderna. Aunque los dispositivos móviles facilitan la comunicación instantánea, su uso excesivo puede tener consecuencias negativas para la interacción social y el bienestar emocional.

Pasar demasiado tiempo en el móvil puede reducir las oportunidades de interacción personal, limitando las conexiones significativas y el desarrollo de habilidades sociales.

Además, la dependencia de la comunicación digital puede llevar a una desconexión emocional, ya que las interacciones en línea a menudo carecen de la profundidad y el matiz de las conversaciones en persona. Aunque, los móviles permiten la conexión constante, las interacciones superficiales pueden no satisfacer las necesidades emocionales profundas, aumentando así los sentimientos de soledad. El uso excesivo del móvil se ha relacionado con mayores índices de ansiedad, depresión y estrés, que pueden agravar el aislamiento social.

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