Descubre 10 consejos prácticos para mejorar la comunicación con personas mayores. Aprende a hablar con claridad, mostrar empatía y fortalecer el vínculo intergeneracional.
La comunicación con personas mayores requiere paciencia, empatía y adaptación. Sigue estos 10 consejos para mejorar el entendimiento y fortalecer los lazos con ellos.
La vida es un ciclo, un proceso, un camino con miles de aventuras, historias y anécdotas. Todo ciclo tiene su inicio y su fin. La vida son etapas, y cada una tiene un momento que la hace especial. Cuando somos recién nacidos somos cuidados por nuestros padres porque por nosotros mismos no somos capaces, a medida que vamos avanzando, vamos aprendiendo con ayuda, y solos. En la adolescencia empezamos a entender de qué tratan estas etapas. La vida adulta es un choque de realidad con lo que de verdad es la vida. Somos independientes, nos han cuidado y ahora empezamos a criar a nuestros hijos. Sin embargo, llega un momento, que volvemos a necesitar ayuda…

Las personas de la tercera edad muchas veces son dependientes, ya que por ellos mismos no pueden hacer ciertas cosas. Y, en esto consiste el ciclo de la vida, termina dónde empieza y somos ayudados por los que un día ofrecimos nuestro apoyo. Entre muchas cosas, los jóvenes tenemos que tener paciencia con las personas mayores y entender que no tienen las mismas facilidades que nosotros. Ya han pasado esa etapa de la adolescencia y de la vida adulta y ahora son ancianos con otro tipo de dificultades. La comunicación entre generaciones es fundamental, y aunque es más sencillo de lo que parece, en ocasiones es complicado saber expresarse para que haya un entendimiento mutuo, ya que pueden tener más problemas para ello. Comunicarse eficazmente con una persona mayor requiere empatía, paciencia y adaptación a sus necesidades.

10 consejos para comunicarte mejor con las personas mayores

  1. Practica la escucha activa: presta atención plena mientras habla, evita interrumpir y respeta sus pausas. Además, puedes hacer preguntas para demostrar interés: “¿Y qué ocurrió después?” o “¿Cómo te sentiste?”
  2. Habla con claridad y calma: modula el tono de voz, sin gritar, pero asegurándote de que te escuche bien. Articula bien las palabras y habla más despacio si es necesario. Y, evita el uso de términos complejos o jergas que puedan resultar confusos.
  3. Adapta el lenguaje y contenido: utiliza frases sencillas y directas: evita expresiones ambiguas, y comprueba si ha comprendido: “¿Me he explicado bien? ¿Lo has entendido?”
  4. Considera posibles dificultades auditivas o visuales: si tiene problemas auditivos, procura hablarle de frente y en un lugar sin ruido. Si presenta dificultades visuales, acércate adecuadamente y gesticula para reforzar tus palabras.
  5. Muestra respeto y evita infantilizar: evita tratarle como a un niño. No uses diminutivos como “abuelito” o “cariñito”, salvo que la persona lo prefiera. También puedes usar su nombre y preguntar por sus preferencias: “¿Cómo te gustaría que te llamara?”
  6. Sé paciente y flexible: concede tiempo suficiente para responder. Si olvida algo, repite la información con naturalidad y sin mostrar frustración. Si hay desacuerdos, mantén la calma y evita confrontaciones.
  7. Recurre a la comunicación no verbal: sonríe y mantén contacto visual. Utiliza gestos afirmativos para reforzar tus mensajes. Es muy importante evitar cruzar los brazos o mostrar signos de prisa o impaciencia.
  8. Fomenta la participación y autonomía: anímale a expresar su opinión y tomar decisiones. Pregunta cosas como: “¿Qué te parece esta opción?” o “¿Cómo te gustaría hacerlo?”
  9. Aprovecha los recuerdos y experiencias: hablar de su pasado puede ser reconfortante, y utiliza frases como: “Cuéntame más sobre esos años” o “¿Cómo hacíais esto antes?”
  10. Evita temas delicados o conflictivos si no son necesarios: sé sensible en cuestiones como la salud, la pérdida de seres queridos o su dependencia. Si surge un tema difícil, escucha con empatía y muestra comprensión.

La comunicación con personas mayores requiere sensibilidad, paciencia y empatía. A medida que las personas envejecen, pueden surgir cambios en sus capacidades auditivas, visuales o cognitivas, lo que hace aún más necesario ajustar la manera de relacionarse con ellas. Por ello, todos tenemos que poner de nuestra parte (especialmente los jóvenes) para construir un mundo mejor, en el que las generaciones se complementen y se ayuden entre ellas..

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