Entre pacientes infantiles y juveniles sobreabunda la ansiedad, pero los trastornos de aprendizaje y los relacionados con las adicciones escalan peligrosamente.
La Dra. Pilar de Castro es psiquiatra y dedica gran parte de su agenda médica e investigadora al abordaje de trastornos psiquiátricos complejos en niños, adolescentes y adultos jóvenes, poniendo el foco en la detección precoz. Su mapa de prevalencia está claro: las patologías más comunes entre menores de 18 años son el TDAH –“un trastorno que afecta al 5-8%, pero que si se trata a tiempo puede curarse evitando complicaciones”–; la depresión y la ansiedad; la adicción a las redes sociales, a los videojuegos, a la pornografía o a la marihuana; y los trastornos alimentarios.
La especialista apunta con especial detalle el TDAH, ya que explica que normalmente afecta tanto en los hogares de los niños como en los colegios. Además, repercute sobre la capacidad de autocontrol y de regular las emociones. Los niños y adolescentes que lo padecen “muchas veces quieren hacer las cosas bien, pero no lo consiguen y se frustran con facilidad. Ante tanta corrección externa, en bastantes casos desarrollan una actitud defensiva, ya que consideran un ataque cualquier comentario de la autoridad”. “La buena noticia es que, si se tratan a tiempo, tienen solución”, subraya la doctora.
Por otro lado, habla de la ansiedad y de la depresión como un inconveniente que suele nacer o es más común “en el seno de familias sobreprotectoras que no han sabido poner límites a los hijos por miedo a hacerles sufrir o a frustrarles, y también en familias desestructuradas e inestables”, explica la Dra. Pilar de Castro.
8 recomendaciones para que tu hijo con TDAH mejore su atención
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es un desafío para muchos padres, ya que afecta la capacidad de los niños para concentrarse y mantener la atención. Sin embargo, con las estrategias adecuadas, es posible ayudarles a mejorar su enfoque y gestión del tiempo.
- Establecer rutinas diarias: una rutina estable y predecible es fundamental para los niños con TDAH. Al crear un horario fijo para actividades cotidianas como comer, hacer deberes y dormir, se reduce la incertidumbre y se facilita que el niño se concentre mejor en cada tarea.
- Dividir las tareas en partes pequeñas: los deberes largos o complejos pueden resultar abrumadores. Dividirlos en partes más pequeñas y manejables permite que el niño se sienta menos estresado y pueda concentrarse en cada paso, logrando avances progresivos.
- Usar recordatorios visuales: las listas de tareas, calendarios o imágenes, son herramientas útiles para ayudar a los niños con TDAH a seguir instrucciones y mantener el foco en lo que deben hacer a continuación.
- Fomentar descansos regulares: Los tiempos cortos y frecuentes son esenciales. Después de períodos de concentración, permite que el niño se tome unos minutos para moverse o hacer una actividad relajante. Esto les ayuda a recargar energías y a volver a la tarea con mayor atención.
- Crear un entorno libre de distracciones: el ambiente donde el niño estudia o realiza sus tareas debe estar libre de distracciones como ruidos fuertes, juguetes o dispositivos electrónicos. Un espacio tranquilo y organizado favorece la concentración.
- Usar refuerzos positivos: uno de los incentivos puede ser elogiar los logros u ofrecer recompensas pequeñas. Estas pueden motivar a los niños a esforzarse más en prestar atención. Es importante que los elogios sean específicos y que refuercen el comportamiento deseado.
- Practicar la atención plena: el mindfulness es una técnica que ayuda a los niños a ser más conscientes de sus pensamientos y acciones en el momento presente. Ejercicios sencillos de respiración o relajación pueden mejorar su capacidad para concentrarse.
- Mantener una comunicación clara y directa: los niños con TDAH necesitan instrucciones claras y directas. Es recomendable utilizar frases cortas y sencillas, asegurándote de que el niño entiende bien lo que se espera de él antes de que comience cualquier actividad.
Los trastornos de aprendizaje, como la dislexia o el déficit de atención con hiperactividad (TDAH), afectan cada vez a más niños y adolescentes. Estas dificultades no solo limitan su rendimiento académico, sino que también influyen de manera directa en su bienestar emocional y su desarrollo social. La falta de un diagnóstico temprano y de intervenciones adecuadas puede desencadenar un empeoramiento de los síntomas. Por ello, es vital que se conozcan todos los consejos y recomendaciones para saber cómo actuar. Con paciencia, apoyo y la aplicación de estas estrategias, es posible que los niños con TDAH mejoren su capacidad de atención, facilitando su aprendizaje y bienestar en el día a día.