“Lo poco agrada y lo mucho desagrada”; esto sucede con las redes sociales. Este nuevo medio de comunicación es un gran altavoz para dar visibilidad a todo lo que ocurre en la actualidad, sin embargo, no todo es tan idílico como aparentan las redes sociales. Dentro de este medio hay multitud de información que nos lleva a pensar que necesitamos más de lo que tenemos. Ver en las historias de Instagram o en los vídeos de TikTok viajes, nos hace mover cielo y tierra para conseguir lo mismo, pero no nos damos cuenta de que solo son fotos y no todo es como parece. En cada sonrisa de un post puede haber mil lágrimas detrás de la pantalla, pero no lo vemos porque solo mostramos a los demás lo que nos conviene, lo bonito que queremos que vean.
Quizás publiquemos desde la cama una foto en la playa: un día soleado, unas vistas que envidiar y una carcajada que ha capturado la cámara, pero realmente estamos encerrados en casa pasando por un mal momento. Todo esto provoca un efecto rebote en las personas que ven tus fotos y afecta a la autoestima de muchas otras que no saben ver las redes sociales como una falsa realidad.
Las redes sociales tienen un papel significativo en la autoestima de las personas, particularmente entre los jóvenes y adolescentes, debido a su influencia en la percepción de la imagen propia, las comparaciones sociales y la validación externa.
7 maneras clave en las que las redes sociales afectan nuestra autoestima
- Comparación social: las redes sociales facilitan la comparación constante con los demás. Al ver imágenes de personas con “vidas perfectas” o aspectos físicos idealizados, muchos usuarios tienden a compararse, lo cual puede generar insatisfacción con su propia vida y apariencia. La exposición continua a estos ideales, que suelen estar editados o curados, contribuye a aumentar las expectativas poco realistas, y esto afecta negativamente la autoestima.
- Validación externa y dependencia de “likes”: las redes sociales funcionan muchas veces como una fuente de validación externa, especialmente a través de “me gusta”, comentarios y seguidores. La atención positiva en redes puede subir la autoestima de manera temporal, mientras que la falta de respuesta o interacción puede hacer que el usuario se sienta rechazado o inseguro. Esto puede llevar a una dependencia emocional hacia la aprobación virtual, haciendo que la autoestima dependa de la cantidad de atención recibida en redes.
- Distorsión de la imagen corporal: en plataformas como Instagram o TikTok, donde la imagen física es altamente valorada, se observan muchos casos de distorsión de la imagen corporal. Los filtros, aplicaciones de retoque y poses cuidadas crean un estándar irreal de belleza. Esto lleva a que los usuarios se esfuercen por cumplir con estas expectativas poco realistas y se sientan insatisfechos con su propio cuerpo
- Acoso y comentarios negativos: el ciberacoso es un problema grave en las redes sociales que afecta de forma directa la autoestima. Los comentarios negativos o críticos sobre la apariencia, las opiniones o la vida personal de los usuarios pueden causar heridas emocionales profundas. Los adolescentes y jóvenes son especialmente vulnerables, ya que el ciberacoso puede fomentar inseguridades, ansiedad y baja autoestima.
- Sensación de comunidad y pertenencia: aunque también existen efectos negativos, las redes sociales pueden contribuir positivamente a la autoestima si se utilizan de manera sana. Estas plataformas permiten a los usuarios conectar con personas que comparten intereses y experiencias similares, creando un sentido de pertenencia. Participar en comunidades de apoyo, ya sea sobre salud mental, estilo de vida saludable o algún pasatiempo, puede fortalecer la autoestima y brindar apoyo emocional.
- Autopresentación y construcción de la identidad: las redes sociales ofrecen un espacio para que las personas expresen su identidad y sus valores, lo cual puede ayudar en el proceso de autoafirmación y desarrollo personal. Al construir una imagen propia en línea, los usuarios pueden experimentar con diferentes aspectos de su personalidad e intereses, y esto puede ser positivo para la autoestima si se lleva a cabo de manera auténtica.
- Presión de estar “siempre feliz”: otra influencia negativa de las redes es la presión de mostrar una vida feliz y exitosa en todo momento, lo que a veces se conoce como “positividad tóxica”. Esta presión de aparentar una vida sin problemas puede generar sentimientos de insuficiencia en quienes sienten que no cumplen con ese estándar, afectando su percepción y autoestima.
El impacto de las redes sociales en la autoestima puede ser tanto positivo como negativo, y depende en gran medida de la forma en que cada usuario las utilice y de su vulnerabilidad a ciertos estímulos. Aunque las redes tienen un potencial para conectar y empoderar, es importante fomentar un uso consciente y crítico de estas plataformas, promoviendo la autenticidad y la autocompasión.