Los ciudadanos pueden ayudar ofreciendo donaciones a organizaciones de ayuda humanitaria. Algunas asociaciones se encargan de recoger donaciones monetarias, y con ello, utilizan estos fondos para proporcionar a los afectados recursos básicos como alimentos o agua, así como refugio, atención médica u otros suministros de emergencia.
Hay voluntariados que son locales, es decir, justamente en el lugar donde se ha dado el desastre. Algunos voluntarios tienen la suerte de poder servir a las víctimas sin apenas moverse de su zona de confort. Sin embargo, también está la posibilidad de viajar para acercarte a la situación. Las organizaciones locales y de ayuda humanitaria a menudo necesitan manos adicionales para distribuir suministros, brindar atención médica, limpiar escombros y ofrecer apoyo emocional a las personas afectadas. Por ello, aunque sean ayudas locales, a veces también se necesita ayuda externa para ayudar en los esfuerzos de socorro y recuperación.
Si no puedes estar en el momento preciso, en el lugar de los acontecimientos, quizás puedas brindar tu ayuda desde lejos con recaudaciones de fondos y con suministros. La opción que da más beneficio son los eventos, ya sea en tu comunidad o en línea con el objetivo de reunir dinero o recursos para las personas afectadas por el desastre. Algunas ideas de este estilo son; ventas de garaje, conciertos benéficos, campañas en redes sociales u otras actividades creativas para recaudar fondos y concienciar sobre la situación.
Las donaciones de suministros y alimentos no perecederos, también son muy efectivas. La colecta de recursos de emergencia como agua embotellada, ropa, mantas, kits de higiene y otros artículos necesarios. Lo más importante es asegurar la coordinación con otras organizaciones de ayuda humanitaria para saber qué se necesita con mayor urgencia y cómo puedes hacer llegar tus donaciones de manera efectiva. Es un problema que se repitan los mismos recursos en grandes cantidades y por ende, haga falta algo en especial y nadie se esté encargando de ello, por mala comunicación.
Antes de un huracán, puedes ayudar difundiendo información precisa y relevante sobre preparativos de emergencia y evacuación. Después de un terremoto, la ayuda inmediata puede contener la búsqueda y rescate de personas atrapadas bajo los escombros y la prestación de primeros auxilios a los heridos. Durante las inundaciones, la prioridad es garantizar la seguridad de las personas evacuando las áreas afectadas y suministrando refugio temporal, alimentos y agua potable.
Además de todos los recursos materiales, es imprescindible brindar un apoyo emocional y psicológico. Ya sea escuchándolas, ofreciendo consuelo o conectándolas con servicios de asesoramiento y apoyo psicológico. Esta idea va hilada con la educación y la preparación frente a desastres. Es necesario conocer los riesgos ante este tipo de desastres para saber cómo responder a este tipo de situaciones de crisis.
Hasta las pequeñas acciones pueden marcar la diferencia, romper la fina línea entre lo que ha pasado y lo que se podría haber evitado. Lo más importante es mostrar solidaridad, compasión y apoyo hacia quienes más lo necesitan en momentos difíciles, estas ideas son las que tenemos que tener siempre en mente.