¿Cómo acompañar a nuestros mayores que se sienten solos?

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La pirámide de la población española sigue camino de tener forma invertida. El aumento de la esperanza de vida y la caída de la natalidad son las principales causas de esta nueva forma que está tomando la pirámide poblacional en España. Esto significa que cada vez hay más mayores entre nosotros y que en muchas […]

La pirámide de la población española sigue camino de tener forma invertida. El aumento de la esperanza de vida y la caída de la natalidad son las principales causas de esta nueva forma que está tomando la pirámide poblacional en España.

Esto significa que cada vez hay más mayores entre nosotros y que en muchas ocasiones se sienten solos, abandonados y padecen de soledad. Según los últimos estudios, en España hay más de 2 millones de personas con más de 45 años viviendo solas. Y una de cada cinco se siente sola y sufre depresión.

Entre algunas de las causas que provocan esa sensación de soledad no deseada, se encuentran situaciones como la pérdida de seres queridos con el paso de los años que provoca que el círculo de amistades y familiares se vaya reduciendo. Otro de los motivos son los cambios de la estructura familiar provocada principalmente por la dispersión geográfica de la familia.

Otras cuestiones como las limitaciones físicas, fruto del envejecimiento, la propia jubilación que provoca un gran impacto vital en las personas o la frialdad del entorno social, especialmente en las grandes ciudades, también son factores a tener en cuenta.

Entre las principales consecuencias de sentirse solo en la tercera edad, está el aumento del estrés; la existencia de un mayor riesgo de contraer enfermedades físicas o el aceleramiento del deterioro cognitivo. Todo esto también provoca un empeoramiento de la calidad de vida que trae consigo una sensación de insatisfacción, tristeza y falta de motivación.

¿Cómo revertir esta situación? De nuevo, la respuesta a este problema ha de ser global y engloba a toda la sociedad. Urge volver a fomentar las relaciones familiares de calidad. Juntar a nietos con abuelos, hijos con padres y a hermanos entre ellos para no perder esos lazos afectivos familiares.

A día de hoy hay una gran variedad de oferta de actividades comunitarias en las que los mayores pueden unirse a grupos afines a su edad y gustos como centros sociales, centros de día o centros de jubilados donde poder charlar con otras personas en situaciones similares a las suyas o simplemente pasar una agradable mañana estando acompañado.

El uso de la tecnología también puede servir como herramienta a nuestros mayores para que se sientan más conectados entre ellos y con sus familiares y amigos más directos y que la distancia no permite ver a diario o con la frecuencia que se desearía. También es altamente recomendable, en función de su situación personal, fomentar en ellos actividades de voluntariado que les serán beneficiosas para sentirse útiles, realizados y valiosos.

De igual modo, es recomendable lograr que incorporen hábitos sanos en sus rutinas diarias que les permita tener una motivación. Actividades deportivas, culturales, musicales o de entretenimiento son una gran oportunidad para adquirir hábitos saludables y que les permita organizar los días con orden.

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