El Pequeño Cottolengo de Barquisimeto celebra 40 años de servicio y amor al prójimo. Descubre cómo esta obra de Don Orione ha impactado la vida de muchas personas y sigue siendo un faro de fe y caridad en Venezuela.
El Pequeño Cottolengo de Barquisimeto conmemora 40 años de dedicación al cuidado de los más vulnerables. A través de la fe y la caridad, esta institución ha brindado amor y apoyo a sus residentes, consolidándose como un referente en el servicio a los demás.
Nuestra Casa del Pequeño Cottolengo se encuentra de fiesta. La Divina Providencia se ha desbordado durante 40 años, permitiéndonos cuidar vidas y brindar calor familiar al más necesitado. El Cottolengo en Barquisimeto – Edo Lara – Venezuela, nace gracias a la iniciativa, al ánimo, a la entrega y al amor incondicional del Padre Ángel Rivas, a la pasión por la caridad de nuestra gran amiga Paquita (voluntaria italiana que ha dedicado su vida a los más necesitados en estas tierras venezolanas) y que estuvo presente en la Celebración del aniversario, y también gracias a muchos voluntarios que, con su entrega, honran con su valioso tiempo a nuestros 91 residentes. Nuestra casa “Pequeño Cottolengo” es un faro de Fe para nuestro pueblo Barquisimetano desde el 24 de febrero del 1985. La obra de Don Orione tiene el honor de guiarlo desde 1987, honor que se ha mantenido durante muchos años, comenzando con la dirección desde el Padre Ángel Ribas, y siguidamente por los Padres: Ítalo Sarán, Ademar José Dos Santos, Isidro Ruíz, Ángel Pedro, Miguel Ángel Bombín, Juan Manuel Barbé, Teófilo Calvo y por ultimo Padre Rafael Duno.

Ya son cuatro décadas cuidando Ángeles, y hemos tenido la oportunidad de celebrarlo a lo grande. El día de fiesta, comenzó a las 9:00am con un pequeño desfile dentro de las Instalaciones del Cottolengo, contando con la presencia de la Banda Show del Colegio La Salle, ha sido un momento muy alegre tanto para los residentes como para los visitantes. Luego también contamos con la presencia del Arzobispo de Barquisimeto Mons: Polito Rodríguez Méndez, quien celebró la Eucaristía y quien por primera vez visitaba nuestra obra, se sintió muy conmovido por el trabajo que en ella se realiza; personalmente agradecía a Dios por esta obra, por este Faro de Fe que se encuentra en la ciudad de Barquisimeto y por los Padres Orionistas que llevan adelante esta obra de Caridad.    

 Mons: Polito Rodríguez, recordaba a tantos hombres y mujeres que han pasado por el mundo haciendo el bien, colocaba como ejemplo al San Lorenzo Martin quien interiorizo el anuncio de Dios en su vida, y a través de ese anuncio se dedicó al servicio del más necesitado. Recalcaba, que, si a la iglesia le falta el anuncio, la oración y la Caridad; la Iglesia sería una ONG, seríamos muchos los que haríamos el bien, pero sin la savia fundamental que es Dios. Nos invitaba a activarnos y complementarnos los unos a los otros, algunos desde el anuncio, otros desde la oración y otros desde la acción (la caridad) que es la centralidad del evangelio, no se puede orientar la vida sin esta centralidad, porque la esencia misma de Dios es el Amor, es la Caridad. Mons: Polito aprovechó el momento para felicitar y bendecir a todas las personas que se han dedicado a hacer el bien en el Pequeño Cottolengo, religiosos, equipo de dirección, trabajadores, voluntarios, amigos y bienhechores. 

Luego de concluir la Eucaristía, el día de fiesta, continuo luego con el almuerzo preparado por un equipo de voluntarios que hacen vida dentro de la institución, seguidamente con la serenata amenizada por un grupo de Mariachis, el canto del cumpleaños feliz y el compartir de la Torta. Fue un día muy agradable, donde pudimos apreciar la alegría de los residentes del Pequeño Cottolengo, como también la alegría de las personas que nos visitaban al ver la felicidad en el rostro de cada persona que allí se encontraba. 

Son 40 años cuidando la vida de tantos ángeles, que, nos han demostrado que en el rostro de cada de uno de ellos podemos ver el rostro de Cristo. Que siempre podamos seguir evangelizando y sembrando a Dios en todas las personas que necesitan de Él, sobre todo en el más indefenso, en el más necesitado. Porque el Amor de Dios siempre se hace Servicio. Ave María y siempre adelante.

P. Rafael Duno

 

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