Ya son cuatro décadas cuidando Ángeles, y hemos tenido la oportunidad de celebrarlo a lo grande. El día de fiesta, comenzó a las 9:00am con un pequeño desfile dentro de las Instalaciones del Cottolengo, contando con la presencia de la Banda Show del Colegio La Salle, ha sido un momento muy alegre tanto para los residentes como para los visitantes. Luego también contamos con la presencia del Arzobispo de Barquisimeto Mons: Polito Rodríguez Méndez, quien celebró la Eucaristía y quien por primera vez visitaba nuestra obra, se sintió muy conmovido por el trabajo que en ella se realiza; personalmente agradecía a Dios por esta obra, por este Faro de Fe que se encuentra en la ciudad de Barquisimeto y por los Padres Orionistas que llevan adelante esta obra de Caridad.
Mons: Polito Rodríguez, recordaba a tantos hombres y mujeres que han pasado por el mundo haciendo el bien, colocaba como ejemplo al San Lorenzo Martin quien interiorizo el anuncio de Dios en su vida, y a través de ese anuncio se dedicó al servicio del más necesitado. Recalcaba, que, si a la iglesia le falta el anuncio, la oración y la Caridad; la Iglesia sería una ONG, seríamos muchos los que haríamos el bien, pero sin la savia fundamental que es Dios. Nos invitaba a activarnos y complementarnos los unos a los otros, algunos desde el anuncio, otros desde la oración y otros desde la acción (la caridad) que es la centralidad del evangelio, no se puede orientar la vida sin esta centralidad, porque la esencia misma de Dios es el Amor, es la Caridad. Mons: Polito aprovechó el momento para felicitar y bendecir a todas las personas que se han dedicado a hacer el bien en el Pequeño Cottolengo, religiosos, equipo de dirección, trabajadores, voluntarios, amigos y bienhechores.
Luego de concluir la Eucaristía, el día de fiesta, continuo luego con el almuerzo preparado por un equipo de voluntarios que hacen vida dentro de la institución, seguidamente con la serenata amenizada por un grupo de Mariachis, el canto del cumpleaños feliz y el compartir de la Torta. Fue un día muy agradable, donde pudimos apreciar la alegría de los residentes del Pequeño Cottolengo, como también la alegría de las personas que nos visitaban al ver la felicidad en el rostro de cada persona que allí se encontraba.
Son 40 años cuidando la vida de tantos ángeles, que, nos han demostrado que en el rostro de cada de uno de ellos podemos ver el rostro de Cristo. Que siempre podamos seguir evangelizando y sembrando a Dios en todas las personas que necesitan de Él, sobre todo en el más indefenso, en el más necesitado. Porque el Amor de Dios siempre se hace Servicio. Ave María y siempre adelante.
P. Rafael Duno